RETINOPATÍA DIABÉTICA
PROLIFERATIVA
La retinopatía diabética proliferativa es un estadio de la enfermedad en donde aparecen vasos sanguíneos anormales (neovasos) en la superficie de la retina o del nervio óptico.
El colapso de los vasos sanguíneos impide el flujo de oxigeno a la retina y el cuerpo responde a esto agregando nuevos vasos sanguíneos.
Estos “neovasos” no proporcionan el oxigeno adecuado y además son frágiles, pueden sangrar y formar tejido de cicatrización que llevan a desprendimiento de retina.

NEOVASOS EN EL NERVIO ÓPTICO

NEOVASOS EN EL IRIS
Un ojo que presenta una alta demanda de oxigeno puede hacer que estos neovasos crezcan en la parte anterior del ojo (iris o ángulo) ocasionando que la presión intraocular se eleve y produzca glaucoma.

La enfermedad provoca hemorragias que afectan severamente la visión.
En esta fase el tratamiento se realiza con rayo láser.
El tratamiento de la retinopatía diabética proliferativa se realiza con la aplicación de láser en la retina.
El tratamiento se realiza en dos a tres sesiones, aunque en algunos casos puede ser necesario mas sesiones de láser.


El láser se aplica en la retina periférica para disminuir la demanda de oxigeno del ojo y concentrarlo en el área de la mácula.
El tratamiento provoca la desaparición de los neovasos y disminuye la posibilidad de una hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina que interfiera con la visión.
El procedimiento puede ser incómodo pero el beneficio de preservar la visión bien lo
vale.
Cuando los neovasos sangran, provocan una hemorragia vítrea.
Esta hemorragia puede ser tan densa que impida la visión, tanto para el paciente, como para el médico y que pueda no ser posible aplicar tratamiento con láser.
La hemorragia puede reabsorberse por si sola si los vasos dejan de sangrar, en caso contrario es necesario realizar una vitrectomía para retirar la hemorragia, cauterizar los vasos y aplicar láser en la retina para desaparecer los neovasos y evitar resangrados.

PANFOTOCOAGULACIÓN RETINIANA CON LÁSER


PUNTOS IMPORTANTES:
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El láser es el tratamiento de elección en la RD proliferativa.
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Disminuye la demanda de oxigeno por parte de la retina.
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Redistribuye el oxigeno disponible hacia el área de mejor visión (mácula)
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Provoca desaparición de los "neovasos" y con ello disminuye la posibilidad de un sangrado.
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EL LÁSER NO PROVOCA DISMINUCIÓN DE LA VISIÓN, LA DIABETES SI.

MEDICAMENTOS INTRAVÍTREOS
Se conocen con el nombre de antiangiogénicos.
Son inyecciones que se aplican dentro del ojo.
Disminuyen los factores que producen la formación de neovasos.
Ayudan a mejorar la visión fina.
Tratamiendo adicional al láser.
EL PROCEDIMIENTO ES RÁPIDO, NO DOLOROSO, AMBULATORIO Y GENERALMENTE SIN EFECTOS ADVERSOS.
VITRECTOMÍA
Cuando los neovasos sangran, provocan una hemorragia vítrea.
Esta hemorragia puede ser tan densa que impida la visión, tanto para el paciente, como para el médico y que pueda no ser posible aplicar tratamiento con láser.
Es una de las complicaciones de la enfermedad junto con el desprendimiento de retina que ocasionan disminución de la visión.
En estos casos, es necesario realizar una vitrectomía para retirar la hemorragia, cauterizar los vasos y aplicar láser en la retina para desaparecer los neovasos y evitar resangrados.


Por medio de microincisiones en la esclera se introducen instrumentos al ojo para poder absorber la hemorragia.
Una hemorragia vítrea sin tratamiento puede provocar que los neovasos inicien un proceso de cicatrización que genera un desprendimiento de retina.
Gracias a la vitrectomía, es posible “pelar” las membranas que ocasionan el desprendimiento y así colocar la retina en su sitio nuevamente.

La vitrectomía se realiza con anestesia local.
Es un procedimiento que no requiere hospitalización.
Al retirar la hemorragia, si la retina no ha sufrido mucho daño, la recuperación visual es excelente.
Cuando se trata de un desprendimiento de retina, el procedimiento es ambulatorio, no doloroso pero en estos casos los resultados visuales ya dependen del daño previo a la retina. Muchas veces podemos detener el daño y en algunos casos los pacientes pueden mejorar su visión.
Si usted es diabético o conoce a alguien con diabetes, a pesar de que no note algún cambio en su visión, el oftalmólogo puede descubrir cambios en los vasos sanguíneos del ojo oportunamente.
Es muy importante acudir al oftalmólogo al menos una vez al año ya que estas alteraciones, si bien NO SON REVERSIBLES, generalmente se pueden controlar SI SE DETECTAN A TIEMPO.
RECUERDE, CON LA DETECCIÓN TEMPRANA Y APLICANDO UN TRATAMIENTO A TIEMPO, SE PUEDE PREVENIR LA CEGUERA EN CASI TODOS LOS PACIENTES CON DIABETES.